El mundo -Estados Unidos e Israel- está convulso. Y las armas que tienen y pueden disparar ambos países jamás tuvieron tanta fuerza destructiva. Tanta, como para hacer saltar por los aires al planeta...
Pero seamos optimistas: los arsenales serán desmantelados por los gobiernos prudentes y sagaces que velan las armas nucleares, y reinará la paz perpetua.
Las masas migratorias son ya imparables. Huyen, por los motivos que han huido siempre las poblaciones y los pueblos, por la peste, por guerras y por hambrunas...
Pero seamos optimistas: habrá en Europa espacio y alimentos y agua para albergar a toda la población de Africa.
El desierto avanza vertiginosamente, los glaciares retroceden, los polos se derriten, los humedales se desvanecen, cientos de miles de especies desaparecen, los mares y ríos se degradan, los humedales se agrietan...
Pero seamos optimistas: el buen Dios de los creyentes dará la oportuna orden a sus ángeles para que vuelva el turno de la lluvia y los sibaritas puedan disfrutar de sus piscinas y de sus campos de golf hasta la hartura.
En España el PP y en Estados Unidos el partido republicano están consagrados a socavar y a desvalijar cada uno a su país, y el segundo además al mundo entero...
Pero seamos optimistas: el PP entrará en razón y sus perros de presa se amansarán; y los neocons se harán la lobotomía y aceptarán la coexistencia pacífica y el retorno al colectivismo que persiguieron sin tregua sus antecesores.
El mundo se acaba... pero seamos optimistas.
Así lo quieren los optimistas, que lo son porque hoy están en la cresta de la ola, porque han conseguido un cochazo o se acaban de hacer con un móvil de última generación... No vamos a defraudarles. Seremos optimistas. Incluso ahora que ya sabemos que Dios y la Naturaleza aprietan y ahogan.
Pero seamos optimistas: los arsenales serán desmantelados por los gobiernos prudentes y sagaces que velan las armas nucleares, y reinará la paz perpetua.
Las masas migratorias son ya imparables. Huyen, por los motivos que han huido siempre las poblaciones y los pueblos, por la peste, por guerras y por hambrunas...
Pero seamos optimistas: habrá en Europa espacio y alimentos y agua para albergar a toda la población de Africa.
El desierto avanza vertiginosamente, los glaciares retroceden, los polos se derriten, los humedales se desvanecen, cientos de miles de especies desaparecen, los mares y ríos se degradan, los humedales se agrietan...
Pero seamos optimistas: el buen Dios de los creyentes dará la oportuna orden a sus ángeles para que vuelva el turno de la lluvia y los sibaritas puedan disfrutar de sus piscinas y de sus campos de golf hasta la hartura.
En España el PP y en Estados Unidos el partido republicano están consagrados a socavar y a desvalijar cada uno a su país, y el segundo además al mundo entero...
Pero seamos optimistas: el PP entrará en razón y sus perros de presa se amansarán; y los neocons se harán la lobotomía y aceptarán la coexistencia pacífica y el retorno al colectivismo que persiguieron sin tregua sus antecesores.
El mundo se acaba... pero seamos optimistas.
Así lo quieren los optimistas, que lo son porque hoy están en la cresta de la ola, porque han conseguido un cochazo o se acaban de hacer con un móvil de última generación... No vamos a defraudarles. Seremos optimistas. Incluso ahora que ya sabemos que Dios y la Naturaleza aprietan y ahogan.
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