01 agosto 2006

Mis ideas envasadas


MIS IDEAS ENVASADAS

1. Unos pocos hacen la historia, algunos la escriben y el resto la padece.

2. La mentalidad separa más que el idioma, pero la dis­tancia puede ser tanta y tan poca como la que hay entre el humano y la bestia.

3. Tan terrible como carecer de libertad, puede ser sen­tirla grave y persistentemente amenazada.

4. Lo que llamamos realidad no es más que la suma de consensos de sucesivas minorías.

5. La vida es corta o larga según se mida en alegría o sufrimiento. De ahí lo irrelevante de la prórroga que nos procura la Ciencia.

6. La libertad incluye la elección de lo pésimo.

7. No sé por qué algunos desprecian tanto la utopía, si lo que fue utopía ayer es lo que les permite ufanarse hoy de sus derechos y exigirlos además con desmesura.

8. Se puede llegar a las mismas conclusiones a que lle­garon los grandes pensadores de la historia sin haber leído una sola línea de su obra: basta apartar de uno los prejui­cios y renunciar a las sobras de egoísmo. 9. No existen leyes naturales: es la jactanciosa cultura antropocéntrica quien las urde y se atreve a prescribirlas.

10. La institución del matrimonio hizo estragos: desvirtuó el apareamiento natural.

11. Es preferible que los necios digan de ti que estás loco, a que los inteligentes piensen que eres vulgar.

12. Resalta en el ingrato ser especialmente olvidadizo.

13. No hay nada más elocuente que el silencio.

14. Es de necios compararse públicamente con los gran­des pensadores de la Historia, pero debemos hacerlo a so­las.

15. Siento una especie de arrobamiento ante los humanos que derrumbaron las barreras del pensamiento dominante mientras los otros, los petulantes, los miopes y los que sienten espanto ante el vacío se afanaban en reforzarlas con sofismas y charlatanería.

16. No descuidemos al propenso al tedio: rara vez la peor perversidad y su efectos no nacen de él.

17. Las personas que nos insisten guardemos secreto so­bre cosas triviales, suelen ser las mismas que se apresuran a propalar las más denigrantes...

18. La propensión al sarcasmo y a la mordacidad suele ser una proyección del fracaso personal y de la confusión de conciencia.

19. Lo único que se debe agradecer a la Política es que nos evita la guerra... Claro es que, con frecuencia, ella misma es causa directa de la guerra.

20. Dudo que sea más placentero realizar un ideal que perseguirlo...

21. Desde la nada del pensamiento a secas, he alcanzado las más altas cotas de la miseria intelectual.

22. A un sentimiento se le puede pedir cualquier cosa, menos que rinda cuentas.

23. Cuando en cuestiones sociales alguien me quita la ra­zón pienso que merece arruinarse o ir a la cárcel, y cuando me la da con insistencia empiezo a sospechar que acabo de perderla.

24. En las grandes ciudades es donde se aloja la ignoran­cia más funesta: la ilustrada.

25. ¿Se puede llamar fracaso al buscado de propósito?

26. La prudencia y el recato públicos hoy son un signo de invalidez social.

27. Si nos dan a menudo la razón, es porque nos es­ta­mos distanciando de la delicadeza.

28. No hay necesidad de creer en un Dios para vivir como Dios manda.

29. Sin tener por ello que renunciar a la nuestra, siempre es posible dar la razón a otro: hasta el loco tiene motivos. Este es uno de los secretos de la vida colectiva en paz.

30. He observado que las gentes no tienen término medio: o aman desmedidamente las costumbres del lugar que habitan o las detestan.

31. El Protocolo de Kioto entrará en vigor cuando la Herida esté completa y felizmente desangrada.

32. Tenemos ideas que, al igual que los sentimientos se­cretos, mueven impetuosamente nuestro espíritu con una condición: que no las expresemos.

33. La concupiscencia del sexual y la dulzura de la ven­ganza se concitan en el infrecuente placer de reír a carcaja­das.

34. La religión ha sido el principal propulsor de la cul­tura; la antirreligión, también.

35. El verdadero intelectual desdeña la fama, pues sabe que para adquirir renombre le basta granjearse unos po­cos enemigos.

36. Espera a que vea cómo te comportas al volante y te diré quién eres.

37. Entre la Naturaleza y el ser humano no hay una rela­ción equitativa: la Naturaleza es infinitamente más generosa de lo que el humano merece.

38. Es tan absurdo como extenuante tener razón según la lógica que suponíamos compartía el interlocutor, e ir com­probando hasta qué punto éste está dispuesto a negarla para obtener beneficio de la circunstancia.

39. Hoy día sabemos a menudo mucho más por lo que se calla y se oculta que por lo que se dice y se publica.

40. Lo grandioso o excitante de una idea que parece nueva no está en su novedad imposible, sino en la sensa­ción de haberla concebido uno mismo.

41. La categoría del ser humano no se mide por su ri­queza, por su rango social y menos por el número de mas­ters, sino por su sentido del humor.

42. A finales del milenio los civilizados suponíamos que la única guerra justificada que quedaba era de razón ecoló­gica: en defensa de un río, de un bosque, de un mar, de un ecosistema o de una colonia de buitres. Y sin embargo...

43. Los delirios del coche están llegando muy le­jos... Conductores, olvidamos que también somos peatones; y cuando no hemos dado las gracias a la máquina por no habernos arrollado, lo tenemos por descortesía...

44. El Arte es la vida. Fuera del Arte, simplemente existi­mos.

45. Estamos en el fin de la historia, y está naciendo un universo nuevo... lleno de vacíos.

46. La inmensa mayoría de los humanos carece de inteli­gencia creativa propiamente dicha: parasita de la ajena o charlatanea.

47. Decía un amigo que sólo estaba dispuesto a dis­cutir si le daban la razón. No soy tan ambi­cioso: me basta con que no me la quiten.

48 El modo más rápido y seguro de librarnos de un vicio insano es adquirir cuanto antes una manía saludable.

49. Para remediar las enfermedades curables debiera bastarnos el instinto (si no lo tenemos ya atrofiado por la "cultura"). En todo caso, al médico sólo deberíamos ir en ambulancia.

50. El trato social no tiene término medio: o segrega en­dorfinas o provoca bilis.

51. Al conocimiento cabal de la sociedad humana se llega muy pronto: las variantes del comportamiento son irrisorias. Al de la Naturaleza, nunca: la sorpresa es la norma.

52. Buscar en la sexualidad más de lo razonable, es mal­versar la vida interior.

53. La Ciencia, la religión, la vida... son un mosaico de errores convertidos hábilmente por las sociedades domi­nantes en verdades útiles.

54. No será una conflagración: serán sus inmundicias, y sobre todo el coche, lo que sepultará a esta civilización; y no las actuales trajeadas, sino las legítimas ratas de cloaca quienes gobernarán la Tierra.

55. Para abarcar mejor todo el asunto, tratemos de ver con telescopio las cosas de la sociedad y con lupa las de la Na­turaleza.

56. Hemos de tener paciencia: hay que esperar a morir para comprenderlo todo...

57. Casi siempre, mucho más ultrajante que la injuria es el intento baldío de engañarnos.

58. Antes de hacer pública "nuestra razón" debemos saber que sólo la tendremos en la medida que la comparta quien la juzga, y que si no la exhibimos nunca no será difícil que la perdamos por completo.

59. La oratoria política se ha reducido a competi­ción de bajezas dirigidas a descubrir oligofrenias.

60. La riqueza moderna de países, empresas y personas se mide por el endeudamiento. Y la capacidad de endeu­damiento, por el amiguismo, que no es más que amistad sin amigos.

61. La atención y la expectación son inversamente proporcionales al rigor intelectivo: a más rigor, menos lectores, a menos rigor, más espectadores.

62. Mucho más importante que conocer las leyes, es meditar las nuestras... Pero en todo caso, que nuestro pensamiento y conducta sirvan de modelo universal.

63. No hallar atisbo alguno de racionalidad a la invasión de otro país por un pueblo que no era tenido por salvaje es, para todo ser civilizado y por la influencia decisiva de ese pueblo en el mundo, una tortura moral a la que sólo puede escapar pensando en otra cosa.

64. No existe droga, medicina, veneno, ideología o re­ligión sino en función del hábito y la dosis.

65. Más ilusionante que exhibir el ingenio propio, es des­cubrir el que sobrepasa al nuestro.

66. Sin embargo... no creo que aquel terrible maremoto arrancase más lágrimas a los ojos de las estrellas, que la rotura de la pata de una hormiga.

67. Es de necios empeñarse en que nuestra felicidad, im­posible, dependa, además, de otra persona: bastante tene­mos con precavernos de las hienas.

68. La muerte es la peripecia humana más irrelevante tras la banalidad del nacimiento que no estuvo en nuestra mano decidir.

69. Lo tenía en la punta de la lengua, pero Cioran se adelantó: "Todo el mundo me exaspera, pero me gusta reír y no puedo reír solo". Confío en no acabar como él...

70. Ni el amor ni la amistad generan obligaciones.

71. La Medicina preventiva es para los que rebuscan ventajas y derechos sociales en todo: en este caso, el dere­cho a la inmortalidad.

72. Con ortodoxias religiosas y políticas felizmente aboli­das, nos educaron en sumisión. Pero la sociedad está im­portando otras para la educación moderna: globalización, anglosajonización, neoliberalismo, doctrina anticipatoria, guerra preventiva y terrorismo islámico: tan falsas y mani­puladas éstas como aquéllas que nos oprimieron.

73. Aferrarse a la vida es intento de arrebatar un soplo a la eternidad. Pero si nos ronda la idea del suicidio, pense­mos cuánto tiempo tendremos de estar muertos...

74. A partir de cierta edad ya no se toman prevenciones, pero tampoco más riesgos.

75. En la Naturaleza no hay crueldad, ni fealdad: senci­llamente porque en ella nada hay superfluo.

76. Para empezar a meditar acerca de la felicidad, he de encontrarme en un ambiente natural entre 22 y 24 grados.

77. La tristeza nace de un vago deseo de felicidad, cuando se carece de experiencia. Luego brota del conoci­miento de las cosas.

78. Desde el primer amor, nunca he buscado que alguien me diese felicidad; me he pasado la vida vigilando, inútil­mente, que nadie perturbase la poca que tenemos.

79. Hoy día, vivir con la impresión de ser más inteligente que la mayoría no es motivo de contento y menos de pre­sunción: es sencillamente una desgracia.

80. Fiel servidor y mecánico inconsciente de la industria médica, el primer pensamiento del médico especialista de hoy, haciendo caso omiso de lo que prescribe Hipócrates, pasa por el quirófano...

81. Un espíritu cultivado es aquel que examina las cosas desde varios puntos de vista.

82. Como no podemos abarcar todo el "saber" y cuanto más saber más confusión y más aflicción, una de dos, o re­gresamos a la ignorancia absoluta o, reteniendo en la me­moria sólo lo digno de ser aprovechado por y para todos, más nos valdría no dejarnos succionar por el agujero negro de las ansias de un saber caótico y sin límites que se dis­pone a destruirnos a través del galopante "agotamiento" del planeta.

83. Está muy bien educado, pero sigue siendo un mal na­cido...

84. Nunca preocupó tanto la propia privacidad, pero nunca se ha hecho tanto impúdico alarde de ella.

85. Cuanto más nos dan la razón, más sospechamos que no la tenemos y más nos hace sentirnos cerca de la masa.

86. Somos señores de lo indispensable y esclavos de los excesos.

87. La ecología es una mística.

88. A menudo se nos comprende mejor por lo que ca­lla­mos que por lo que decimos.

89. Estamos en este mundo para morir. Nuestra meta es el morir. De manera que nos pasamos la vida esperando la muerte: entretenidos o aturdidos, inconscientes o conscien­tes, pero nos pasamos la vida en espera de la muerte...

90. El verdadero intelectual no se deja penetrar por las co­rrientes de opinión más que para cambiarlas.

91. La idea sale del cerebro, como el niño de la partu­rienta. Luego se separa la placenta y se le lava. A partir de ese momento, tiene vida propia e interactúa con el mundo exterior.

92. Estoy dispuesto a dar la razón a todo el mundo sin re­nunciar a la mía. Pero no estoy dispuesto a dar la razón a quien la exhibe según consignas de alguien concreto o de minorías.

93. Para aplacar la angustia, hay que olvidar por qué se asignó a las cosas un valor, para luego dárselo nosotros.

94. Quienes reclaman justicia social no pueden limitarse a exigírsela al Estado: deben empezar por su familia.

95. En las grandes ciudades es donde más se aloja la ig­norancia ilustrada que se abre paso a base de mentiras y verdades a medias.

96. En materia de Arte y de raciocinio, aun estando al al­cance de todos lo excelente es despreciado por la mayoría.

97. Conservar los lazos de amistad a lo largo de la vida es muy hermoso. Pero tanto o más gratificante es una buena amistad tardía.

98. La cultura individual es el resultado de combinar estos tres ingredientes: el poso que queda de la erudición, el fer­mento de la reflexión y la impresión que nos deja el Arte.

99. Es una eminencia pensante, pero ni las minorías le comprenden ni cuenta con el respaldo popular.

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