07 marzo 2006

Breve estudio sobre el pensamiento al uso

BREVE ESTUDIO SOBRE EL PENSAMIENTO AL USO

La inmensa mayoría de los desencuentros entre dos razonadores y dos raciocinios que desembocan en discusión sin solución de continuidad, son debidos a una falta de correspondencia tanto en el punto de partida como en el objetivo final al que cada polemista presta su atención. Ninguno de los dos parece darse cuenta. Pues si percatara de ello, abandonaría inmediatamente el forcejeo. Y es que, al no correlacionarse el planteamiento respectivo ya desde el arranque ni dirigirse ambos al mismo punto de mira, la esgrima dialógica desemboca en confusión o en mera pelea discursiva. No obstante ser comunes los puntos de apoyo culturales, el hecho de ser heterogéneos los ingredientes, es decir, los diversos significados que componen eventualmente la idea matriz en la que se basa cada contendiente, no hace posible ni la convergencia ni un mínimo compromiso sobre los conceptos esgrimidos. La dialéctica fracasa. Obsérvese que rara vez esto no es así en cualquier debate sobre el asunto que sea.

El fracaso dialéctico suele producirse por la "radicalización", grosso modo considerada, de conceptos anclados en significados que han sufrido cambios por vía de los hechos, por la evolución y por el peso de la apertura a nuevas vías de comprensión sobre la convivencia, si hablamos de lo político, de nuevos descubrimientos, si hablamos de la Ciencia, o de nuevas tendencias, si hablamos de Arte. Y hablamos también de la Ciencia y el Arte, porque ese fenómeno de la ceremonia de la confusión si bien es muy propio del lenguaje político, no es privativo de él: abarca a todo.

Como decimos, los presupuestos culturales de ambos discutidores pueden ser los mismos, pero subyacen datos y detalles esenciales que determinan ocasionalmente un posicionamiento rígido e intransigente, por un lado, y un posicionamiento más proclive a la flexibilización y a la relativización global por otro. Todo depende del carácter y de la educación de cada razonador, y también de la circunstancia. Es más diríamos que la circunstancia es fundamental. En religión, el posicionamiento rígido se llama fundamentalismo. En política, conservadurismo pero fundamentalismo también asociado a aquélla, y en ciencia y arte, academicismo. Reglas frente a pautas, pautas frentes a reglas... Si predomina la razón sobre la convicción o el sentimiento, muy difícil será no tener en cuenta el argumento de contrario. Pero cuando la razón se enfrenta al sentimiento o a la convicción, y más cuando no se tienen pero se fingen, no hay nada que hacer: nunca podrá esperarse acuerdo alguno.

La polarización inicial, que se advierte enseguida, deviene en superposición y mixtificación de los argumentos sin orden ni concierto. Y si se examinase con detenimiento, parte por parte, en qué consiste cada controversia se vería que casi todo lo dicho y discernido discurría en ella, desde ambos lados, por derroteros divergentes hasta quizá el absurdo envuelto, eso sí, en una cierta estética si los polemistas son hábiles en el uso del lenguaje. Aunque parezca que todos hablan de lo mismo, cada cual se refiere a "cosas" diferentes, con sentido diferente, con objetivos diferentes y desde principios diferentes. Uno habla de amor "platónico" y otro de sexo a secas; uno habla de instinto y otro de raciocinio; uno habla de conveniencia personal o de grupo y otro habla de bien común... Y así sucesivamente.

En el terreno sociopolítico es la lucha constante entre la creencia y la fe contra la razón. Un ejemplo: "El problema", escribe el profesor norteamericano de Ciencia Política Stephen Bronner en su carta a Benedicto XVI, publicada en la revista Logos (www.logosjournal.com) "no es el enfrentamiento entre civilizaciones (cristianismo frente a islam), sino entre partidarios del Estado secular y partidarios de imponer las convicciones religiosas a los no creyentes". [Cita de Soledad Gallego-Díaz]

En el terreno científico, el ejemplo podría ser la lucha entre quienes se empeñan en abrir la caja del gato de Schrödinger y los que piensan que es mejor no abrirla para no interactuar con el sistema cuántico de la materia ondulatoria.

Y en el terreno del Arte, por ejemplo, podría ser la lucha entre el crítico pasivo "superexperto" y el artista que se burla de él...

Todo eso sucede porque el pensamiento no es estructu­ral­mente "unitario". Y por si fuera poco diríase que el len­guaje, su vehículo de expresión, está ideado para ocultarlo y aun para violentarlo. Y suele suceder que quien más lo vio­lenta es quien además de una tribuna posee mayor fuerza social, económica o institucional en la esfera correspon­diente para acaparar más razón o "toda la razón".

ooOoo

El pensamiento se mueve y desenvuelve en cuatro áreas discursivas: la teórica, la práctica, la empírica y la ética. Re­co­rre una y otra, deteniéndose en una en particular o inter­ac­tuando entre ellas. En cada una, el pensamiento observa, lo­caliza, analiza y resuelve con conclusiones de muy diversa naturaleza, y a menudo contradictoriamente, la elucidación que le plantea la materia objeto de su examen.

Esas áreas son:

Pensamiento Teórico (especulativo)
Es el campo propio de los conceptos intangibles o abs­trac­tos. No cabe el adjetivo. Todo es la "cosa en si". Perte­necen a él la Filosofía, la Economía, la Matemática genérica y mo­derna, y la Música.

Pensamiento Práctico (pragmático)
Es el campo propio de los conceptos tangibles, materiales. Pertenecen a él desde la Ingeniería y la Arquitectura, pa­sando por la Pintura, hasta la maña para cazar a lazo o pes­car con anzuelo.

Pensamiento Empírico (experimental)
Es el campo de toda experiencia sensible personal. De ella el pensamiento da cuenta plásticamente, como el en­tendi­miento la da del "acontecimiento" y de "lo vivido". Per­tenecen a él la Ciencia no matemática, el Periodismo, la In­formación y la Literatura.

Pensamiento Etico (Moral)
Es el pensamiento que se esfuerza en ajustar (o no alejarse de ellos) la conducta personal y, en su caso la colectiva que dependa de él, a unos principios de referencia. Estos principios, unos son innatos y otros adquiridos. Pertenecen a él la ética civil y todo el entramado teológico y moral sobre el que se construye cada religión.

NIVELES o PLANOS DEL PENSAMIENTO

A su vez, dentro de cada una de las anteriores áreas podemos distinguir tres planos, niveles o estratos.

Utilizaré un ejemplo práctico para hacer esta tesis más comprensible.

Imaginemos que dos polemistas están entregados a descifrar un asunto complejo. No importa a estos efectos que sea trascendente o irrelevante. (Pues el grado de importancia también puede ser eventualmente objeto de polémica: lo que para uno es capital, para otro es trivial)

A) Nos encontramos en la esfera del pensamiento Teórico.

Elegimos la palabra "honor" que en principio pertenece de lleno a él. Supongamos que se está debatiendo el concepto mismo o un aspecto en que esté presente el término honor o una cuestión en la que para uno de los contendientes al menos el concepto "honor" es esencial.

En el primer nivel, podríamos hablar del honor según lo que más o menos todo el mundo entiende por tal.

En el segundo nivel, tendríamos que recurrir al diccionario, ver qué significa "honor" según el uso "técnico" del lenguaje, es decir cómo lo define una Academia.

En el tercer nivel, examinaríamos primero una por una cada palabra que compone la definición, y luego, aceptar o rechazar la definición formaría parte sustancial del negocio discursivo. Si, por ejemplo uno, aun a pesar de la definición académica rechazase el término por considerarlo "no útil", "no "práctico" para los tiempos que vivimos, enlazaría con las "causas primeras" del honor situadas ya en el plano o nivel del Pensamiento Pragmático. Y tendríamos, por un lado un significado "concreto", y por otro un término caduco, obsoleto o carente de sentido.

B) Nos encontramos en la esfera del pensamiento Práctico

Los polemistas hemos elegido, por ejemplo, la palabra "dinero".

En el primer nivel, la damos por definida (aunque no todo el mundo lo entienda igual).

En el segundo, acudimos a la definición del texto lingüistíco genérico o especializado; es decir, recurrimos a lo técnicamente “significado”.

En el tercero, vistos los componentes de la predefinición, si uno de los dos la considera demasiado "práctica" y per­turba­dora para el pensamiento especulativo, lo está rele­gando a una importancia de segundo orden o se la niega. Enton­ces enlaza con las "causas primeras" del dinero, por su raíz, del Pensamiento Teórico

C) Nos encontramos en la esfera del pensamiento Empírico

Los polemistas hemos elegido, por ejemplo, la palabra "en­fermedad". Y procedemos como en los casos anteriores.

En el primer nivel o plano, "ya sabemos qué es"

En el segundo consultamos la palabra.

En el tercero la estudiamos, y si acaba uno de los dos negando la enfermedad porque afirma que no existen enfermedades sino "sólo enfermos" en la línea que formula la Homeopatía, habrá enlazado con las "causas primeras" de la enfermedad, por su raíz, del Pensamiento Especulativo.


D) Nos encontramos en la esfera del Pensamiento Etico

Hemos elegido la palabra "ética", precisa­mente.

En el primer nivel "parece" que ambos pensamos en lo mismo, en la misma ética.

En el segundo hemos de acudir a la definición: un sistema ce­rrado o abierto de valores que se denomina axiología.

En el tercero, nos percatamos de que no hay una sola ética, sino que hay una ética "para andar por casa", de mí­nimos, y otra ética mayor o gran ética que obliga "a más" a quienes tienen responsabilidades públicas o pertenecen a un deter­mi­nado colectivo que a su vez tiene (o no) un có­digo deon­toló­gico, por ejemplo.

Pues bien, el pensamiento teórico propondrá numerosas soluciones, pero el práctico propondrá otras tan numerosas como el teórico, y el empírico y el ético fundarán sus pro­puestas en función de los diversos modos de haber asimi­lado los proponentes la experiencia y los diversos modos de inter­pretar, filosófica o religiosamente, la ética; al final, "su" modo de entender la ética.

En el tercer nivel de los cuatro tipos de pensamiento se mueve también la órbita de los "especialistas" y el metalen­guaje.

En este me detendré para señalar que, por ejemplo, todo el mundo habla de "justicia", quiere justicia, reclama justicia en todo y para todo. Sin embargo ¿habrá palabra que signi­fique tanto y al mismo tiempo tan poco pues depende del sistema de referencia y la cultura en que se la valore y de­fina? ¿habrá otra palabra que admita tantas interpretacio­nes, tantos mati­ces, tanto escollo y tantos modos de apli­carse, causa, por lo demás, de desavenencias y de gue­rras?

Lo mismo podríamos decir de la palabra "salud", "educa­ción"... y tantas otras.

Todos "parecemos" estar pensando en lo mismo. Y sin em­bargo, diríase que su traducción vierte a lenguas dife­rentes. Cómo entenderlas, cómo hacer justicia, cómo favo­recer la salud, cómo educar etc. requiere de tantas proposi­ciones ló­gicas, que es de lo más intrincado con que pueda tropezarse en el lenguaje ordinario, en el profano, en el téc­nico y aun en el científico.

SECTORES DEL PENSAMIENTO

Son las diferentes disciplinas, especialidades o áreas en que cada uno de los diferentes tipos de "Pensamiento" rela­cionados se compartimentan y se dividen.

Si los puntos de partida son diferentes en la relación dialó­gica, jamás tendrá lugar la construcción de nada que valga la pena entre dos pensamientos discursivos.

Todo lo dicho sería de aplicación exclusivamente a una cultura: la dominada por el pensamiento y locución socráti­cos y la lógica formal. En otras culturas el método sería in­aplica­ble. Y tanto el teorema de Gödel de la aritmetización de la sintaxis como la paradoja de Schrödinger harían añi­cos todo intento de metodología uniformizadora del pensa­miento. Ni siquiera el lenguaje matemático sería conclu­yente. Es impo­sible, por tanto, recluir al pensamiento en un sistema que sea al mismo tiempo completo y consistente.

No hay comentarios: