11 mayo 2006

Latinoamérica, en busca de sí misma

La mayoría de los países latinoamericanos, superexplota­dos, expoliados desde el Descubrimiento, por Europa pri­mero y luego por Europa y Es­tados Unidos han tomado al fin conciencia de sí mismos y emprendido la marcha al en­cuentro de su propia identidad. Unos vacilantes, otros re­sueltos y otros aún en fase puerperal. Pero todos, semi­dor­midos salvo los olvidados y sofocados conatos revoluciona­rios ché, es­tán dando vivas muestras de re­vitalidad polí­tica...

En Bolivía el gobierno precedente, por decirlo de una ma­nera suave desaprensivo, negocia con empresas extranje­ras, por decirlo de otra manera suave a precios de saldo concesiones de explotación petrolera. Y la duración del contrato es vitalicia o casi.

Encima, la empresa española concesionaria registra a su nombre como propietaria y no como arrendataria el título de algunas de las explota­ciones, y encima, como "estas cosas se firman pero no se cumplen" según reza entre los merca­chifles hispanos de la picaresca, no paga la renta o la paga tarde y mal...

"Estamos en un país tercermundista", se debieron decir entre sí los arrendatarios. "¿Qué esperan? Cómo creerán los títeres de ese país que vamos a cumplir? Les estamos haciendo un favor. Ellos no saben cómo extraer sus recur­sos. Para eso somos superiores, para eso somos amigue­tes. Para eso no les invadimos. Para eso no lo reconquista­mos"...

He aquí el espíritu mercantil que encierran los contratos fimados por la concesionaria española que ahora rebufa, sobre lo que nada leeremos en periódico alguno. Quizá, de­ntro de unos me­ses, cuando el árbol haya caído, saldrán a relucir muchas cosas ahora ocultas y que toda la familia que pesa y mide española se encarga muy mucho de ocultar...

Eso hasta hoy. El decreto nacionalizador de Bolivia pone a cada cual en el sitio que le corresponde, y a esa empresa española la pri­mera. Las empresas españolas en el propio mercado in­terior español no hacen los deberes en casi nada salvo en lo que les con­viene, y las que operan fuera cum­plen según lo estricto que sea el talante del país donde se encuentran, y ¿vamos a creer que esta empresa petrolera ahora tan que­josa no ha hecho en Bolivia, país hasta ayer paraíso de des­valijadores, de su capa un sayo?

La zona centroamericana está resuelta a rescatar su sobe­ranía. Y todo empieza por revertir la propiedad y la adminis­tración de sus recursos a cada país. Recursos que han ve­nido explotando empresas foráneas de negreros respalda­dos por politi­castros proxenetas.

Nicaragua y Perú serán los próximos países dispuestos a resca­tar la dignidad perdida en la noche de los tiempos. Dignidad en realidad perdida antes de adquirirla. Perdida, por un puñado de subvenciones en unos casos, como Nica­ragua, y por un puñado de in­versiones en otros, como Boli­via. Réditos en todos, que hay sospechas razonables de que se repartían con los títeres.

¡América Latina!: "Hay algo más fuerte que la noche, y es la aurora"...

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