La mayoría de los países latinoamericanos, superexplotados, expoliados desde el Descubrimiento, por Europa primero y luego por Europa y Estados Unidos han tomado al fin conciencia de sí mismos y emprendido la marcha al encuentro de su propia identidad. Unos vacilantes, otros resueltos y otros aún en fase puerperal. Pero todos, semidormidos salvo los olvidados y sofocados conatos revolucionarios ché, están dando vivas muestras de revitalidad política...
En Bolivía el gobierno precedente, por decirlo de una manera suave desaprensivo, negocia con empresas extranjeras, por decirlo de otra manera suave a precios de saldo concesiones de explotación petrolera. Y la duración del contrato es vitalicia o casi.
Encima, la empresa española concesionaria registra a su nombre como propietaria y no como arrendataria el título de algunas de las explotaciones, y encima, como "estas cosas se firman pero no se cumplen" según reza entre los mercachifles hispanos de la picaresca, no paga la renta o la paga tarde y mal...
"Estamos en un país tercermundista", se debieron decir entre sí los arrendatarios. "¿Qué esperan? Cómo creerán los títeres de ese país que vamos a cumplir? Les estamos haciendo un favor. Ellos no saben cómo extraer sus recursos. Para eso somos superiores, para eso somos amiguetes. Para eso no les invadimos. Para eso no lo reconquistamos"...
He aquí el espíritu mercantil que encierran los contratos fimados por la concesionaria española que ahora rebufa, sobre lo que nada leeremos en periódico alguno. Quizá, dentro de unos meses, cuando el árbol haya caído, saldrán a relucir muchas cosas ahora ocultas y que toda la familia que pesa y mide española se encarga muy mucho de ocultar...
Eso hasta hoy. El decreto nacionalizador de Bolivia pone a cada cual en el sitio que le corresponde, y a esa empresa española la primera. Las empresas españolas en el propio mercado interior español no hacen los deberes en casi nada salvo en lo que les conviene, y las que operan fuera cumplen según lo estricto que sea el talante del país donde se encuentran, y ¿vamos a creer que esta empresa petrolera ahora tan quejosa no ha hecho en Bolivia, país hasta ayer paraíso de desvalijadores, de su capa un sayo?
La zona centroamericana está resuelta a rescatar su soberanía. Y todo empieza por revertir la propiedad y la administración de sus recursos a cada país. Recursos que han venido explotando empresas foráneas de negreros respaldados por politicastros proxenetas.
Nicaragua y Perú serán los próximos países dispuestos a rescatar la dignidad perdida en la noche de los tiempos. Dignidad en realidad perdida antes de adquirirla. Perdida, por un puñado de subvenciones en unos casos, como Nicaragua, y por un puñado de inversiones en otros, como Bolivia. Réditos en todos, que hay sospechas razonables de que se repartían con los títeres.
¡América Latina!: "Hay algo más fuerte que la noche, y es la aurora"...
En Bolivía el gobierno precedente, por decirlo de una manera suave desaprensivo, negocia con empresas extranjeras, por decirlo de otra manera suave a precios de saldo concesiones de explotación petrolera. Y la duración del contrato es vitalicia o casi.
Encima, la empresa española concesionaria registra a su nombre como propietaria y no como arrendataria el título de algunas de las explotaciones, y encima, como "estas cosas se firman pero no se cumplen" según reza entre los mercachifles hispanos de la picaresca, no paga la renta o la paga tarde y mal...
"Estamos en un país tercermundista", se debieron decir entre sí los arrendatarios. "¿Qué esperan? Cómo creerán los títeres de ese país que vamos a cumplir? Les estamos haciendo un favor. Ellos no saben cómo extraer sus recursos. Para eso somos superiores, para eso somos amiguetes. Para eso no les invadimos. Para eso no lo reconquistamos"...
He aquí el espíritu mercantil que encierran los contratos fimados por la concesionaria española que ahora rebufa, sobre lo que nada leeremos en periódico alguno. Quizá, dentro de unos meses, cuando el árbol haya caído, saldrán a relucir muchas cosas ahora ocultas y que toda la familia que pesa y mide española se encarga muy mucho de ocultar...
Eso hasta hoy. El decreto nacionalizador de Bolivia pone a cada cual en el sitio que le corresponde, y a esa empresa española la primera. Las empresas españolas en el propio mercado interior español no hacen los deberes en casi nada salvo en lo que les conviene, y las que operan fuera cumplen según lo estricto que sea el talante del país donde se encuentran, y ¿vamos a creer que esta empresa petrolera ahora tan quejosa no ha hecho en Bolivia, país hasta ayer paraíso de desvalijadores, de su capa un sayo?
La zona centroamericana está resuelta a rescatar su soberanía. Y todo empieza por revertir la propiedad y la administración de sus recursos a cada país. Recursos que han venido explotando empresas foráneas de negreros respaldados por politicastros proxenetas.
Nicaragua y Perú serán los próximos países dispuestos a rescatar la dignidad perdida en la noche de los tiempos. Dignidad en realidad perdida antes de adquirirla. Perdida, por un puñado de subvenciones en unos casos, como Nicaragua, y por un puñado de inversiones en otros, como Bolivia. Réditos en todos, que hay sospechas razonables de que se repartían con los títeres.
¡América Latina!: "Hay algo más fuerte que la noche, y es la aurora"...
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