11 mayo 2006

La España repugnante

Hoy leo el artículo de Marcos Roitman Rosenmann “Es­paña se une contra Bolivia”, que añade si cabe más repug­nancia a mi renegada españolidad. Ahí, en cosas como ésta, en las confabulaciones injustas contra el débil y la bajeza frente al poderoso es donde más me duele...

Esa sinergia, esa torpe complicidad mayoritaria -por no de­cir unánime- entre inter­eses abstractos y concretos, transna­cionales, políticos y me­dios a escala nacional en de­tri­mento de una mínima ponde­ración no es propia de una so­ciedad avanzada. Sólo se concibe ya, entre pandilleros.

"Chávez mueve sus hilos en Bolivia", "La gran duda en Boli­via es si Evo Morales definirá finalmente un proyecto propio o terminará siendo un satélite de Caracas", dice hoy en El País Jorge Marirrodriga desde La Paz.

Bueno, ¿y qué, si habida cuenta que Chávez lleva ya un camino recorrido hacia el mismo objetivo que aún le falta por recorrer a Mo­rales, Chávez ayuda en el propósito a Mo­rales? Lo expresan políticos y medios españoles como una in­digni­dad antes de haberse mirado la viga en ojo propio donde re­side la administración americana por la que tantas veces se de­jan sodomizar...

El miserable Zaplana, portavoz del Partido Popular, por su parte, se despachó a gusto en Antena 3 y llamó al presi­dente de Boli­via "tipejo de la peor especie". Calificar ante una ca­dena de te­levisión de "ti­pejo" a Evo Mo­rales, un pre­sidente democráticamente elegido, de un país aún débil po­líticamente porque aún no ha reposado, sí que es propio preci­samente de “tipejos”, de ruines y de despre­ciables. Esta inmundicia política no tanto como políti­castro en fun­ciones sino como la sabandija que es, o le sale esa expre­sión de su alma podrida o cree que am­parando pública e in­decentemente a los pre­sun­tos trapisondistas de Repsol captará algunas adhesiones para su partido... en descom­posición.

¿Acaso Zapatero y el histriónico presidente anterior no son, uno en activo y otro en la retaguardia, satélites de Washing­ton? ¿No son, más que satélites limpiabotas? Traerse las tro­pas de Irak, en materia de relaciones con el imperio no basta para proclamarse “libres”. Ahí están los vue­los de la Cía, las bases de Morón y Rota, el babosear de Moratinos tras Bush. ¿Qué a eso lo llaman ser socios o amigos? Pues eso mismo están trabando Chávez y Mora­les, que hasta que se convirtie­ron en representantes legíti­mos y democráticos de sus res­pectivos países éstos perte­necían a cualquiera menos a sus ciudadanos...

¿Por qué la España "oficial", la España de los dos partidos principales y la totalidad de los medios de comunicación ven tan mal la entente entre Chávez y Morales? ¿Por qué no sólo la miran mal, sino que les persiguen enconadamente con toda clase de improperios que rebasan incluso el len­guaje minímo diplomático?

¿No se acuerdan los detractores de Morales de que direc­ti­vos de Repsol están procesados en Bolivia porque la em­presa pe­trolera española Rep­sol-YPF inscribió en la Bolsa de Valores de Nueva York, como si fue­ran de su propiedad, las reservas de gas que tiene nuestro país, además de todo el proceso de produc­ción de hidrocar­buros? ¿Qué adjetivo cree el miserable portavoz y quienes a su manera le secun­dan, co­rresponde a gentes de este comportamiento y a ellas mismas por respaldar semejante conducta?

Si a Evo Morales, un presidente elegido democráticamente por abrumadora mayoría (el margen de la victoria electoral de Evo Morales, un 54 % frente al 29 % de su más cercano ad­versario, supera al de cualquier anterior presidente en los úl­timos 50 años) lo califica este personaje siniestro del par­tido español llamado irónicamente “conservador” como "ti­pejo", ¿cómo calificaremos nosotros y los bolivianos a los marrulle­ros usurpadores de pozos petrolíferos bolivianos de Repsol?

Cuando Aznar instó a Chávez a que se uniera a "ellos" (al trío de las Azores) porque “los pueblos pobres están lla­ma­dos a desaparecer”, ¿no se estaba refiriendo a Bolivia por­que ya estaban los sicarios de Repsol haciendo de las su­yas, y por eso trató de apartar a Chávez de la compañía de Morales?

Lo que es un bochornoso simulacro de pensamiento y una indignidad a estas alturas de la lógica y de la razón es, no ya que políticos marginales como Zaplana sino directivos, pe­rio­distas y chusma al frente de la información y de la crea­ción de estados de opinión se dediquen a dar patadas a las bue­nas formas, a la diplomacia, al respeto por la demo­cracia que tanto ellos alaban, y sobre todo a la más mí­nima ecuanimi­dad.

Que porque han sido cogidos con las manos en la masa los di­rectivos de Repsol ahora toda esa España oficial se vuel­que, cómpli­ce, además con una rabieta a favor de unos sos­pechosos de prepotencia, de sinvergonzonería y de la­trocinio a los que un Estado libre y un presidente soberano simple­mente les están pi­diendo cuentas es, cuando menos, como digo en el título, para sentir lamentable repugnancia.

Sólo cabe unanimidad en cuestiones que no admiten re­serva mental alguna. Por ejemplo, guerras de rapiña y ade­más mediante excusas y mentiras. Y esa unanimidad no existió, ni aún existe, en este país no ya sólo respecto a la in­vasión de Irak, sino tampoco respecto a las barbaridades que se están cometiendo en Oriente Medio.

La grandeza de miras entre los que pinchan y cortan en la so­ciedad española, habría que rastrearla con ingenios fabri­ca­dos al efecto.

1 comentario:

REVUELTAS CRITICAS dijo...

Quizá si tomamos una distancia de la indignación podemos despejar que no se trata ya de partidismos o fronteras que resisten o se oponen a lo novedoso. El escorzo apropiado quizá es la lectura estrictamente económica de todas las escenas que se están dando en el mundo hoy. De no haber nacionalizado los hidrocarburos, Evo sería un personaje pintoresco y hasta simpático para España. Me gustó tu blog, saludos