Hoy leo el artículo de Marcos Roitman Rosenmann “España se une contra Bolivia”, que añade si cabe más repugnancia a mi renegada españolidad. Ahí, en cosas como ésta, en las confabulaciones injustas contra el débil y la bajeza frente al poderoso es donde más me duele...
Esa sinergia, esa torpe complicidad mayoritaria -por no decir unánime- entre intereses abstractos y concretos, transnacionales, políticos y medios a escala nacional en detrimento de una mínima ponderación no es propia de una sociedad avanzada. Sólo se concibe ya, entre pandilleros.
"Chávez mueve sus hilos en Bolivia", "La gran duda en Bolivia es si Evo Morales definirá finalmente un proyecto propio o terminará siendo un satélite de Caracas", dice hoy en El País Jorge Marirrodriga desde La Paz.
Bueno, ¿y qué, si habida cuenta que Chávez lleva ya un camino recorrido hacia el mismo objetivo que aún le falta por recorrer a Morales, Chávez ayuda en el propósito a Morales? Lo expresan políticos y medios españoles como una indignidad antes de haberse mirado la viga en ojo propio donde reside la administración americana por la que tantas veces se dejan sodomizar...
El miserable Zaplana, portavoz del Partido Popular, por su parte, se despachó a gusto en Antena 3 y llamó al presidente de Bolivia "tipejo de la peor especie". Calificar ante una cadena de televisión de "tipejo" a Evo Morales, un presidente democráticamente elegido, de un país aún débil políticamente porque aún no ha reposado, sí que es propio precisamente de “tipejos”, de ruines y de despreciables. Esta inmundicia política no tanto como políticastro en funciones sino como la sabandija que es, o le sale esa expresión de su alma podrida o cree que amparando pública e indecentemente a los presuntos trapisondistas de Repsol captará algunas adhesiones para su partido... en descomposición.
¿Acaso Zapatero y el histriónico presidente anterior no son, uno en activo y otro en la retaguardia, satélites de Washington? ¿No son, más que satélites limpiabotas? Traerse las tropas de Irak, en materia de relaciones con el imperio no basta para proclamarse “libres”. Ahí están los vuelos de la Cía, las bases de Morón y Rota, el babosear de Moratinos tras Bush. ¿Qué a eso lo llaman ser socios o amigos? Pues eso mismo están trabando Chávez y Morales, que hasta que se convirtieron en representantes legítimos y democráticos de sus respectivos países éstos pertenecían a cualquiera menos a sus ciudadanos...
¿Por qué la España "oficial", la España de los dos partidos principales y la totalidad de los medios de comunicación ven tan mal la entente entre Chávez y Morales? ¿Por qué no sólo la miran mal, sino que les persiguen enconadamente con toda clase de improperios que rebasan incluso el lenguaje minímo diplomático?
¿No se acuerdan los detractores de Morales de que directivos de Repsol están procesados en Bolivia porque la empresa petrolera española Repsol-YPF inscribió en la Bolsa de Valores de Nueva York, como si fueran de su propiedad, las reservas de gas que tiene nuestro país, además de todo el proceso de producción de hidrocarburos? ¿Qué adjetivo cree el miserable portavoz y quienes a su manera le secundan, corresponde a gentes de este comportamiento y a ellas mismas por respaldar semejante conducta?
Si a Evo Morales, un presidente elegido democráticamente por abrumadora mayoría (el margen de la victoria electoral de Evo Morales, un 54 % frente al 29 % de su más cercano adversario, supera al de cualquier anterior presidente en los últimos 50 años) lo califica este personaje siniestro del partido español llamado irónicamente “conservador” como "tipejo", ¿cómo calificaremos nosotros y los bolivianos a los marrulleros usurpadores de pozos petrolíferos bolivianos de Repsol?
Cuando Aznar instó a Chávez a que se uniera a "ellos" (al trío de las Azores) porque “los pueblos pobres están llamados a desaparecer”, ¿no se estaba refiriendo a Bolivia porque ya estaban los sicarios de Repsol haciendo de las suyas, y por eso trató de apartar a Chávez de la compañía de Morales?
Lo que es un bochornoso simulacro de pensamiento y una indignidad a estas alturas de la lógica y de la razón es, no ya que políticos marginales como Zaplana sino directivos, periodistas y chusma al frente de la información y de la creación de estados de opinión se dediquen a dar patadas a las buenas formas, a la diplomacia, al respeto por la democracia que tanto ellos alaban, y sobre todo a la más mínima ecuanimidad.
Que porque han sido cogidos con las manos en la masa los directivos de Repsol ahora toda esa España oficial se vuelque, cómplice, además con una rabieta a favor de unos sospechosos de prepotencia, de sinvergonzonería y de latrocinio a los que un Estado libre y un presidente soberano simplemente les están pidiendo cuentas es, cuando menos, como digo en el título, para sentir lamentable repugnancia.
Sólo cabe unanimidad en cuestiones que no admiten reserva mental alguna. Por ejemplo, guerras de rapiña y además mediante excusas y mentiras. Y esa unanimidad no existió, ni aún existe, en este país no ya sólo respecto a la invasión de Irak, sino tampoco respecto a las barbaridades que se están cometiendo en Oriente Medio.
La grandeza de miras entre los que pinchan y cortan en la sociedad española, habría que rastrearla con ingenios fabricados al efecto.
Esa sinergia, esa torpe complicidad mayoritaria -por no decir unánime- entre intereses abstractos y concretos, transnacionales, políticos y medios a escala nacional en detrimento de una mínima ponderación no es propia de una sociedad avanzada. Sólo se concibe ya, entre pandilleros.
"Chávez mueve sus hilos en Bolivia", "La gran duda en Bolivia es si Evo Morales definirá finalmente un proyecto propio o terminará siendo un satélite de Caracas", dice hoy en El País Jorge Marirrodriga desde La Paz.
Bueno, ¿y qué, si habida cuenta que Chávez lleva ya un camino recorrido hacia el mismo objetivo que aún le falta por recorrer a Morales, Chávez ayuda en el propósito a Morales? Lo expresan políticos y medios españoles como una indignidad antes de haberse mirado la viga en ojo propio donde reside la administración americana por la que tantas veces se dejan sodomizar...
El miserable Zaplana, portavoz del Partido Popular, por su parte, se despachó a gusto en Antena 3 y llamó al presidente de Bolivia "tipejo de la peor especie". Calificar ante una cadena de televisión de "tipejo" a Evo Morales, un presidente democráticamente elegido, de un país aún débil políticamente porque aún no ha reposado, sí que es propio precisamente de “tipejos”, de ruines y de despreciables. Esta inmundicia política no tanto como políticastro en funciones sino como la sabandija que es, o le sale esa expresión de su alma podrida o cree que amparando pública e indecentemente a los presuntos trapisondistas de Repsol captará algunas adhesiones para su partido... en descomposición.
¿Acaso Zapatero y el histriónico presidente anterior no son, uno en activo y otro en la retaguardia, satélites de Washington? ¿No son, más que satélites limpiabotas? Traerse las tropas de Irak, en materia de relaciones con el imperio no basta para proclamarse “libres”. Ahí están los vuelos de la Cía, las bases de Morón y Rota, el babosear de Moratinos tras Bush. ¿Qué a eso lo llaman ser socios o amigos? Pues eso mismo están trabando Chávez y Morales, que hasta que se convirtieron en representantes legítimos y democráticos de sus respectivos países éstos pertenecían a cualquiera menos a sus ciudadanos...
¿Por qué la España "oficial", la España de los dos partidos principales y la totalidad de los medios de comunicación ven tan mal la entente entre Chávez y Morales? ¿Por qué no sólo la miran mal, sino que les persiguen enconadamente con toda clase de improperios que rebasan incluso el lenguaje minímo diplomático?
¿No se acuerdan los detractores de Morales de que directivos de Repsol están procesados en Bolivia porque la empresa petrolera española Repsol-YPF inscribió en la Bolsa de Valores de Nueva York, como si fueran de su propiedad, las reservas de gas que tiene nuestro país, además de todo el proceso de producción de hidrocarburos? ¿Qué adjetivo cree el miserable portavoz y quienes a su manera le secundan, corresponde a gentes de este comportamiento y a ellas mismas por respaldar semejante conducta?
Si a Evo Morales, un presidente elegido democráticamente por abrumadora mayoría (el margen de la victoria electoral de Evo Morales, un 54 % frente al 29 % de su más cercano adversario, supera al de cualquier anterior presidente en los últimos 50 años) lo califica este personaje siniestro del partido español llamado irónicamente “conservador” como "tipejo", ¿cómo calificaremos nosotros y los bolivianos a los marrulleros usurpadores de pozos petrolíferos bolivianos de Repsol?
Cuando Aznar instó a Chávez a que se uniera a "ellos" (al trío de las Azores) porque “los pueblos pobres están llamados a desaparecer”, ¿no se estaba refiriendo a Bolivia porque ya estaban los sicarios de Repsol haciendo de las suyas, y por eso trató de apartar a Chávez de la compañía de Morales?
Lo que es un bochornoso simulacro de pensamiento y una indignidad a estas alturas de la lógica y de la razón es, no ya que políticos marginales como Zaplana sino directivos, periodistas y chusma al frente de la información y de la creación de estados de opinión se dediquen a dar patadas a las buenas formas, a la diplomacia, al respeto por la democracia que tanto ellos alaban, y sobre todo a la más mínima ecuanimidad.
Que porque han sido cogidos con las manos en la masa los directivos de Repsol ahora toda esa España oficial se vuelque, cómplice, además con una rabieta a favor de unos sospechosos de prepotencia, de sinvergonzonería y de latrocinio a los que un Estado libre y un presidente soberano simplemente les están pidiendo cuentas es, cuando menos, como digo en el título, para sentir lamentable repugnancia.
Sólo cabe unanimidad en cuestiones que no admiten reserva mental alguna. Por ejemplo, guerras de rapiña y además mediante excusas y mentiras. Y esa unanimidad no existió, ni aún existe, en este país no ya sólo respecto a la invasión de Irak, sino tampoco respecto a las barbaridades que se están cometiendo en Oriente Medio.
La grandeza de miras entre los que pinchan y cortan en la sociedad española, habría que rastrearla con ingenios fabricados al efecto.
1 comentario:
Quizá si tomamos una distancia de la indignación podemos despejar que no se trata ya de partidismos o fronteras que resisten o se oponen a lo novedoso. El escorzo apropiado quizá es la lectura estrictamente económica de todas las escenas que se están dando en el mundo hoy. De no haber nacionalizado los hidrocarburos, Evo sería un personaje pintoresco y hasta simpático para España. Me gustó tu blog, saludos
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