Artículo de Joaquín Vidal-Beneyto
Ante todo dígase que Vidal Beneyto es un portento académico. Por eso vale la pena analizar su examen:
-Filosofía, Sociología, Ciencia Política y Derecho en las Universidad de Valencia y Madrid
-Ampliación de Estudios en las Universidades de Paris-Sorbonne y Heidelberg
-Doctor en Derecho por la Universidad de Málaga
Pero hoy, a mi juicio no tan dotado de méritos como el suyo, mi admirado Vidal-Beneyto hace un análisis muy fino sobre la democracia actual y a propósito de lo que está sucediendo en México que a mi entender patina lo suficiente como para preocuparme por sus juicios de valor aplicados a la política y concretamente a la democracia con mayúsculas. Dice en el citado artículo publicado ayer en El País:
1º La Comisión Trilateral, creada por iniciativa de Rockefeller, encarga en 1974 a tres académicos consagrados: Crozier, Huntington y Watanuki un estudio de las disfunciones. En su Informe sobre la gobernabilidad de las democracias (1975) nos proponen lo que viene funcionando de hecho por lo menos desde entonces: disminuir la participación ciudadana, quintaesencia de la democracia, y sustituirla por una conducción tecnificada de la economía de la sociedad, pues sólo la gobernación de los expertos puede dar respuesta a las crecientes expectativas y a la extraordinaria complejidad del entramado propio de nuestra contemporaneidad. Esta propuesta es contestada 15 años más tarde por quienes defienden la concepción participativa de la democracia y para quienes un sistema político sin ciudadanos es en el mejor de los casos autoritarismo.
2º El neopatrionalismo de Einsenstadt insiste en la perpetuación de los gobernantes que supone negarse a dar entrada y a reconocer la legitimidad de la oposición.
3º Por último, relaciona V. Beneyto lo anterior con México y el "disentiente" Enrique Kreuze. Habla del aprendizaje de las libertades y de la ciudadanía que son “la mejor garantía de la paz y de la igualdad social en el que la contribución de la derecha civilizada es fundamental pues es el único puente transitable hacia la clase dominante”.
Pero entonces yo me pregunto ¿en qué quedamos? Si los tres académicos consagrados han hecho una propuesta que sobre el terreno es tan afortunada que se corresponde con lo que está ocurriendo en realidad; es decir, que la participación ciudadana es cada vez menos decisiva en los países en que en otro tiempo hipotéticamente lo fue y es lo deseable, sustituida por la conducción tecnificada de la economía, pues sólo la gobernación de los expertos puede dar respuesta a las crecientes expectativas y a la extraordinaria complejidad del entramado propio de nuestra contemporaneidad, ¿qué clase de democracia ha de aprender México y qué clase de aprendizaje vale la pena si la madurez en democracia de los países occidentales significa haber caído de lleno en la conducción tecnificada de la economía? De modo ¿podemos admitir que sea preciso aprendizaje alguno, y que por lo dicho a continuación la democracia es para las libertades y la ciudadanía la mejor garantía de la paz y de la igualdad social? ¿Qué clase de democracia propone Vidal Beneyto a México?
Porque lo exhumado por él no son ya propuestas, ni resultados del estudio de esos tres académicos. Son ya realidades por lo siguiente:
1 El ciudadano y su participación irrelevante han sido sustituidos por la gobernación de los "expertos" fundamentalmente económicos, mediáticos y publicitarios. Esto es un autoritarismo compartido que da la absoluta razón a Marx cuando afirma que la política es una mera superestructura cambiante de lo económico.
2 Perpetuación de los gobernantes. Efectivamente todo indica que se va camino del partido único, tan denostado, del filocomunismo. pero sea un partido de mejor voluntad y talante, sea otro a cara de perro, ambos coinciden en el fondo en todo: en participar en el circo democrático, en asumir las mismas reglas del mercado, en aceptar la autoridad universal del más fuerte, en seguir la senda marcada por el imperio y mantener las mismas pautas para la depredación de los países más ricos en recursos pero socialmente los más pobres con la complicidad de dirigentes comprados.
3 De manera que hablar de aprendizaje de la democracia, que parece, según Vidal-Beneyto, es lo que necesita México, para llegar a esto, no es más que un sarcasmo. Pues esa democracia resultado del estudio de los tres académicos es ya una realidad como un templo que supone:
a) lo que, escudada en esas libertades, la democracia aporta al mundo es violencia, dominación de unos pueblos a manos de otros sin autoridad moral, despliegue del poder represivo emboscado en justificaciones inventadas o prefabricadas, como el terrorismo que o no existe o es dinamizado por el propio poder represivo para justificarse; ladinas maniobras preparatorias para nuevos controles sociales, prostitución de la democracia en sí. El resto de los países orientales, si no son hostigados por los codiciosos occidentales, no tienen esos problemas.
b) el citado desplazamiento de la figura del ciudadano por la de los "expertos" que en el fondo sólo lo son para amarrar el sistema. ¡Qué más da como lo llamen si la falta de libertad la palpamos en infinidad de situaciones quienes nos enfrentamos al poder aunque no empleemos las violencia material ni vayamos a las barricadas!
c) la impresión de que todo lo escrito, propuesto y analizado por los expertos no hace más que perpetuar no ya a los gobernantes, sino a las clases dominantes en las que en general no hay apenas movilidad en sentido sociológico, pues son siempre aproximadamente los mismos, las mismas familias y los mismos opulentos quienes gobiernan, directa o indirectamente en cada sociedad occidental.
En fin que veo por primera vez en Vidal Beneyto a un colaboracionista ilustrado más del sistema. Ni siquiera responde él a tanta treta para la perpetuación de éste que indudablemente está cada vez más orientado orientado al debilitamiento de la individualidad, por más que el sistema, los “demócratas de toda la vida”, el vaticanismo y la democracia parlamentaria estadounidense finjan preocuparse más del individuo aislado que de la sociedad... A menos que todos ellos, incluido V. Beneyto, estén pensando en el individuo perteneciente a las castas eternamente ricas, dominantes y gobernantes por distintos medios, desde distintas posiciones sociales y con diferentes caretas. Porque entonces sí tendrían todos razón...
Francamente no entiendo nada en esta ocasión a Vidal Beneyto más allá del desmenuzamiento que hace sobre el estado de cosas actual, sobre el destape de la visión de los académicos consagrados expuesta, y sobre la tesis del aprendizaje de las libertades y la necesidad de la derecha civilizada. Y lo siento. Lo siento porque he visto en Vidal Beneyto muchas veces un bastión precisamente para contribuir al cambio hacia posiciones que se salen fuera del marco que sujetan todos los demás entre los que no adivinaba, ingenuo yo, estuviera también él.
Lo dicho. Este mundo avanza inexorablemente por el empuje de mutantes cuyo número se ve engrosado cada día por más muertos vivientes que de los que se nutren las democracias occidentales. No desearía que Vidal Beneyto fuera uno de ellos, pero a juzgar por este significativo artículo me temo que también ha caido en el garlito...
Ante todo dígase que Vidal Beneyto es un portento académico. Por eso vale la pena analizar su examen:
-Filosofía, Sociología, Ciencia Política y Derecho en las Universidad de Valencia y Madrid
-Ampliación de Estudios en las Universidades de Paris-Sorbonne y Heidelberg
-Doctor en Derecho por la Universidad de Málaga
Pero hoy, a mi juicio no tan dotado de méritos como el suyo, mi admirado Vidal-Beneyto hace un análisis muy fino sobre la democracia actual y a propósito de lo que está sucediendo en México que a mi entender patina lo suficiente como para preocuparme por sus juicios de valor aplicados a la política y concretamente a la democracia con mayúsculas. Dice en el citado artículo publicado ayer en El País:
1º La Comisión Trilateral, creada por iniciativa de Rockefeller, encarga en 1974 a tres académicos consagrados: Crozier, Huntington y Watanuki un estudio de las disfunciones. En su Informe sobre la gobernabilidad de las democracias (1975) nos proponen lo que viene funcionando de hecho por lo menos desde entonces: disminuir la participación ciudadana, quintaesencia de la democracia, y sustituirla por una conducción tecnificada de la economía de la sociedad, pues sólo la gobernación de los expertos puede dar respuesta a las crecientes expectativas y a la extraordinaria complejidad del entramado propio de nuestra contemporaneidad. Esta propuesta es contestada 15 años más tarde por quienes defienden la concepción participativa de la democracia y para quienes un sistema político sin ciudadanos es en el mejor de los casos autoritarismo.
2º El neopatrionalismo de Einsenstadt insiste en la perpetuación de los gobernantes que supone negarse a dar entrada y a reconocer la legitimidad de la oposición.
3º Por último, relaciona V. Beneyto lo anterior con México y el "disentiente" Enrique Kreuze. Habla del aprendizaje de las libertades y de la ciudadanía que son “la mejor garantía de la paz y de la igualdad social en el que la contribución de la derecha civilizada es fundamental pues es el único puente transitable hacia la clase dominante”.
Pero entonces yo me pregunto ¿en qué quedamos? Si los tres académicos consagrados han hecho una propuesta que sobre el terreno es tan afortunada que se corresponde con lo que está ocurriendo en realidad; es decir, que la participación ciudadana es cada vez menos decisiva en los países en que en otro tiempo hipotéticamente lo fue y es lo deseable, sustituida por la conducción tecnificada de la economía, pues sólo la gobernación de los expertos puede dar respuesta a las crecientes expectativas y a la extraordinaria complejidad del entramado propio de nuestra contemporaneidad, ¿qué clase de democracia ha de aprender México y qué clase de aprendizaje vale la pena si la madurez en democracia de los países occidentales significa haber caído de lleno en la conducción tecnificada de la economía? De modo ¿podemos admitir que sea preciso aprendizaje alguno, y que por lo dicho a continuación la democracia es para las libertades y la ciudadanía la mejor garantía de la paz y de la igualdad social? ¿Qué clase de democracia propone Vidal Beneyto a México?
Porque lo exhumado por él no son ya propuestas, ni resultados del estudio de esos tres académicos. Son ya realidades por lo siguiente:
1 El ciudadano y su participación irrelevante han sido sustituidos por la gobernación de los "expertos" fundamentalmente económicos, mediáticos y publicitarios. Esto es un autoritarismo compartido que da la absoluta razón a Marx cuando afirma que la política es una mera superestructura cambiante de lo económico.
2 Perpetuación de los gobernantes. Efectivamente todo indica que se va camino del partido único, tan denostado, del filocomunismo. pero sea un partido de mejor voluntad y talante, sea otro a cara de perro, ambos coinciden en el fondo en todo: en participar en el circo democrático, en asumir las mismas reglas del mercado, en aceptar la autoridad universal del más fuerte, en seguir la senda marcada por el imperio y mantener las mismas pautas para la depredación de los países más ricos en recursos pero socialmente los más pobres con la complicidad de dirigentes comprados.
3 De manera que hablar de aprendizaje de la democracia, que parece, según Vidal-Beneyto, es lo que necesita México, para llegar a esto, no es más que un sarcasmo. Pues esa democracia resultado del estudio de los tres académicos es ya una realidad como un templo que supone:
a) lo que, escudada en esas libertades, la democracia aporta al mundo es violencia, dominación de unos pueblos a manos de otros sin autoridad moral, despliegue del poder represivo emboscado en justificaciones inventadas o prefabricadas, como el terrorismo que o no existe o es dinamizado por el propio poder represivo para justificarse; ladinas maniobras preparatorias para nuevos controles sociales, prostitución de la democracia en sí. El resto de los países orientales, si no son hostigados por los codiciosos occidentales, no tienen esos problemas.
b) el citado desplazamiento de la figura del ciudadano por la de los "expertos" que en el fondo sólo lo son para amarrar el sistema. ¡Qué más da como lo llamen si la falta de libertad la palpamos en infinidad de situaciones quienes nos enfrentamos al poder aunque no empleemos las violencia material ni vayamos a las barricadas!
c) la impresión de que todo lo escrito, propuesto y analizado por los expertos no hace más que perpetuar no ya a los gobernantes, sino a las clases dominantes en las que en general no hay apenas movilidad en sentido sociológico, pues son siempre aproximadamente los mismos, las mismas familias y los mismos opulentos quienes gobiernan, directa o indirectamente en cada sociedad occidental.
En fin que veo por primera vez en Vidal Beneyto a un colaboracionista ilustrado más del sistema. Ni siquiera responde él a tanta treta para la perpetuación de éste que indudablemente está cada vez más orientado orientado al debilitamiento de la individualidad, por más que el sistema, los “demócratas de toda la vida”, el vaticanismo y la democracia parlamentaria estadounidense finjan preocuparse más del individuo aislado que de la sociedad... A menos que todos ellos, incluido V. Beneyto, estén pensando en el individuo perteneciente a las castas eternamente ricas, dominantes y gobernantes por distintos medios, desde distintas posiciones sociales y con diferentes caretas. Porque entonces sí tendrían todos razón...
Francamente no entiendo nada en esta ocasión a Vidal Beneyto más allá del desmenuzamiento que hace sobre el estado de cosas actual, sobre el destape de la visión de los académicos consagrados expuesta, y sobre la tesis del aprendizaje de las libertades y la necesidad de la derecha civilizada. Y lo siento. Lo siento porque he visto en Vidal Beneyto muchas veces un bastión precisamente para contribuir al cambio hacia posiciones que se salen fuera del marco que sujetan todos los demás entre los que no adivinaba, ingenuo yo, estuviera también él.
Lo dicho. Este mundo avanza inexorablemente por el empuje de mutantes cuyo número se ve engrosado cada día por más muertos vivientes que de los que se nutren las democracias occidentales. No desearía que Vidal Beneyto fuera uno de ellos, pero a juzgar por este significativo artículo me temo que también ha caido en el garlito...
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