Toda esa fanfarria puesta en marcha por el portavoz episcopal sobre el embrión humano invocando el "Parirás con dolor" de la Biblia, podría tener algún sentido discursivo sobre el que se puede o no estar de acuerdo. Se podría discutir, si no fuera porque las acusaciones al gobierno actual, ahora de legalizar nuevas formas de eugenesia que acompaña a la proclama, son recurrentes. Por la acusación en sí misma al gobierno, se desautorizan persistentemente los propios obispos acusadores. Por defecto de forma se anulan constantemente muchas demandas y apelaciones en el ámbito jurisdiccional... Debiera tener esto en cuenta la Conferencia de los Obispos.
A mí, políticamente, en el fondo me da igual. No estoy con ningún gobierno ni simpatizo con ningún partido en especial. Estoy contra el Poder, contra el que da la cara y con el oculto... Lo que me asquea de esta repulsiva Conferencia Episcopal es esa falta de objetividad y de ecuanimidad que la caracterizan; mejor dicho lo que caracterizan a los que internamente y "realmente" la gobiernan: Rouco y compañía. Y todo cuando ya llueve sobre mojado en nuestra aversión a tanto y tan secular dislate y daño causados por esa misma Iglesia que la CEE representa en España.
Pues todo esto de la eugenesia y de la clonación viene de lejos. Y entonces ¿por qué cuando gobernaba el partido llamado conservador y durante ocho larguísimos años no se oyó ni una mosca aleteando desde la sede episcopal, ni contra el gobierno ni contra nada corpóreo que tuviera que ver con el gobierno? ¿por qué en cambio desde que está el partido socialista no cesa en sus acusaciones, ataques y promoción de manifestaciones? Un gobierno, éste, que hasta en las asignaciones a ella ha mostrado con la “Iglesia” una generosidad que no merece....
¿Se da o no se da cuenta la necia Conferencia de que el oportunismo y no la oportunidad es lo que maneja obscena y constantemente? Pues tenga en cuenta que no nos pasa desapercibido que el oportunismo y la inoportunidad es lo primero que aprenden a manejar los gobernantes populistas y los prestidigitadores sociales.
La Iglesia católica, pese a que se postule y pase su historia presumiendo de imperecedera, en conjunto va pendiente abajo hace mucho tiempo...
Que hay en su seno, en su núcleo y en su periferia, como las hay en toda sociedad humana, fuerzas internas salvajemente contrapuestas, lo sabemos. Que la "Iglesia" no es la jerarquía, lo sabemos. Que la religión cumple una función social como la cumple la prostitución, lo sabemos. Que nada tiene que ver la Iglesia católica en Francia o en la misma Italia con la iglesia católica en España, lo sabemos. Sabemos todo eso y mucho más sobre la Iglesia católica. Y también sabemos, que para adorar a un Dios presunto y para guiarse el ser humano por el camino del bien y del recto pensar y el recto obrar, el ser humano no necesita que le pongan la cabeza como un bombo ni información religiosa a espuertas que no hace más que embrollar hasta lo más simple que es el instinto más elemental. Instinto que la iglesia católica se ha pasado la historia no tanto refrenando en los aspectos que puedan perjudicar al individuo y a la sociedad, como bloqueando lo que justamente les une a las "excelencias" de la Naturaleza. Esto es lo que ha venido atrofiando. Sofocándolo hasta el extremo de que el globo, las especies vivientes y la humanidad peligran por esa atrofia del instinto de supervivencia de la especie, a la que ha contribuido la Iglesia católica en connivencia con el protestantismo weberiano y el pragmatismo anglosajón. Para interpretar tanto las enseñanzas evangélicas –de ahí su grandeza- y para saber leer el instinto natural no se precisan exégetas. Y sin embargo salen los intérpretes como setas. Ninguna otra religión como la cristiana pésimamente interpretada ha hecho, como tal institución, más daño al mundo y a la humanidad.
Con estas cosas la Iglesia y los obispos no contribuyen a suavizar o "civilizar" la costumbres "depravadas" como se supone hizo por ejemplo en tiempos del Imperio Romano. Con estas actitudes, después de tanta monserga, contradicción y traición a las más sencillas enseñanzas evangélicas, las exaspera y las solivianta; fomenta, a través precisamente de la contestación, el librepensamiento y el libre obrar en su dirección más nefasta.
La CEE es el foco más pernicioso para la propia religión católica que pueda haber actualmente en parte alguna del planeta. Las deserciones, la falta de vocaciones y la huida literal de la población "religiosa" hacia otras confesiones, en España y en Latinoamérica la están poniendo al borde del precipicio. Y esto es consecuencia del filisteísmo de la jerarquía, de las Conferencias episcopales y de la necedad de sus extraviados administradores apostólicos.
Cuando todos ellos deban rendir cuentas a Cristo de sus incesantes disparates, Cristo les dirá: "os habéis pasado la historia ensordeciendo a los hombres, procurando que los hombres no me escuchen a mí ni a mi Padre; dedicándoos exclusiva, villana y mercantilmente a traficar con mi doctrina". Y pedirá al Padre que reinvente el Infierno, exclusivamente para ellos.
A mí, políticamente, en el fondo me da igual. No estoy con ningún gobierno ni simpatizo con ningún partido en especial. Estoy contra el Poder, contra el que da la cara y con el oculto... Lo que me asquea de esta repulsiva Conferencia Episcopal es esa falta de objetividad y de ecuanimidad que la caracterizan; mejor dicho lo que caracterizan a los que internamente y "realmente" la gobiernan: Rouco y compañía. Y todo cuando ya llueve sobre mojado en nuestra aversión a tanto y tan secular dislate y daño causados por esa misma Iglesia que la CEE representa en España.
Pues todo esto de la eugenesia y de la clonación viene de lejos. Y entonces ¿por qué cuando gobernaba el partido llamado conservador y durante ocho larguísimos años no se oyó ni una mosca aleteando desde la sede episcopal, ni contra el gobierno ni contra nada corpóreo que tuviera que ver con el gobierno? ¿por qué en cambio desde que está el partido socialista no cesa en sus acusaciones, ataques y promoción de manifestaciones? Un gobierno, éste, que hasta en las asignaciones a ella ha mostrado con la “Iglesia” una generosidad que no merece....
¿Se da o no se da cuenta la necia Conferencia de que el oportunismo y no la oportunidad es lo que maneja obscena y constantemente? Pues tenga en cuenta que no nos pasa desapercibido que el oportunismo y la inoportunidad es lo primero que aprenden a manejar los gobernantes populistas y los prestidigitadores sociales.
La Iglesia católica, pese a que se postule y pase su historia presumiendo de imperecedera, en conjunto va pendiente abajo hace mucho tiempo...
Que hay en su seno, en su núcleo y en su periferia, como las hay en toda sociedad humana, fuerzas internas salvajemente contrapuestas, lo sabemos. Que la "Iglesia" no es la jerarquía, lo sabemos. Que la religión cumple una función social como la cumple la prostitución, lo sabemos. Que nada tiene que ver la Iglesia católica en Francia o en la misma Italia con la iglesia católica en España, lo sabemos. Sabemos todo eso y mucho más sobre la Iglesia católica. Y también sabemos, que para adorar a un Dios presunto y para guiarse el ser humano por el camino del bien y del recto pensar y el recto obrar, el ser humano no necesita que le pongan la cabeza como un bombo ni información religiosa a espuertas que no hace más que embrollar hasta lo más simple que es el instinto más elemental. Instinto que la iglesia católica se ha pasado la historia no tanto refrenando en los aspectos que puedan perjudicar al individuo y a la sociedad, como bloqueando lo que justamente les une a las "excelencias" de la Naturaleza. Esto es lo que ha venido atrofiando. Sofocándolo hasta el extremo de que el globo, las especies vivientes y la humanidad peligran por esa atrofia del instinto de supervivencia de la especie, a la que ha contribuido la Iglesia católica en connivencia con el protestantismo weberiano y el pragmatismo anglosajón. Para interpretar tanto las enseñanzas evangélicas –de ahí su grandeza- y para saber leer el instinto natural no se precisan exégetas. Y sin embargo salen los intérpretes como setas. Ninguna otra religión como la cristiana pésimamente interpretada ha hecho, como tal institución, más daño al mundo y a la humanidad.
Con estas cosas la Iglesia y los obispos no contribuyen a suavizar o "civilizar" la costumbres "depravadas" como se supone hizo por ejemplo en tiempos del Imperio Romano. Con estas actitudes, después de tanta monserga, contradicción y traición a las más sencillas enseñanzas evangélicas, las exaspera y las solivianta; fomenta, a través precisamente de la contestación, el librepensamiento y el libre obrar en su dirección más nefasta.
La CEE es el foco más pernicioso para la propia religión católica que pueda haber actualmente en parte alguna del planeta. Las deserciones, la falta de vocaciones y la huida literal de la población "religiosa" hacia otras confesiones, en España y en Latinoamérica la están poniendo al borde del precipicio. Y esto es consecuencia del filisteísmo de la jerarquía, de las Conferencias episcopales y de la necedad de sus extraviados administradores apostólicos.
Cuando todos ellos deban rendir cuentas a Cristo de sus incesantes disparates, Cristo les dirá: "os habéis pasado la historia ensordeciendo a los hombres, procurando que los hombres no me escuchen a mí ni a mi Padre; dedicándoos exclusiva, villana y mercantilmente a traficar con mi doctrina". Y pedirá al Padre que reinvente el Infierno, exclusivamente para ellos.
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