El análisis es un movimiento fundamental del pensamiento que consiste en partir de un todo para descomponerlo luego en sus diferentes partes. Se opone a la síntesis.
Rigor analítico referido a cuestiones sociales y políticas es una contradicción en sus propios términos. El análisis sociopolítico es siempre subjetivo y riguroso. Un análisis sobre esos temas no es como un análisis de sangre: tantos hematíes, tantos leucocitos...
Cualquier análisis vale. Otra cosa es que guste o no y esté o no en la línea de pensamiento del lector. Por eso al análisis lógico se le llama también ensayo. Análisis y ensayo son proposiciones, sugerencias, tonalidades en un modo de ver las cosas partiendo de hechos o datos materiales ciertos, indubitados, inconcusos...
Un país es invadido por otro. ¿Por qué?, es la pregunta que quien va a hacer el análisis se hace. Un presidente o una Cámara nacionalizan o privatizan. ¿Por qué? Un individuo muere en una dependencia policial, está recluido en Guantánamo u otro partidario de la independencia de su territorio está sujeto a un proceso penal. ¿Por qué? Los análisis posibles son tantos como las noticias, y a su vez el valor de cada uno dependerá del grado de verdad comunicada a través de ellos, pero no de los argumentos que contenga.
Todos los análisis que se hagan del "todo" de esos hechos son autosuficientes y rigurosos, tanto para quienes los hacen como para quienes están de acuerdo con ellos. ¿Qué rigor y en qué consistirá el desmenuzamiento de las causas, efectos, razones, azar, etc que puedan concurrir en el hecho analizado? El único rigor que cabe pedir es que no haya engaño analizando algo que se sabe no existió o se tiene constancia de que ha sido deformado. Y entonces estamos ante otro problema que nada tiene que ver con el análisis. Y es la fiabilidad o rigurosidad que se espera de quienes proporcionan la noticia del hecho analizado. Eso es lo que precisamos quienes analizamos. Pues nos basamos en los datos facilitados por agencias, las cuales a su vez pueden faltar a la verdad aunque no lo sepan pues sus datos han sido facilitados por gabinetes de prensa oficiales, de policía, ministerios, institutos sociológicos, de sondeo, etc. que a su vez han faltado a la verdad. Si un dato es falso y yo construyo sobre él mi análisis, mi análisis no será falso ni falto de rigor, sino el dato y quien lo suministró.
Por eso quien hace análisis de un todo para desmenuzarlo, esperará a la absoluta confirmación de que el WTC fue abatido por aviones que chocaron contra él, de que Afganistán es invadido porque a ese país se le atribuye la autoría, que USA invade Irak bajo pretexto, o que Hussein invade Kuwait injustamente, o que hay un proyecto de Constitución Europea que antes de opinar (analizar) hay que leer... Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién podrá venir a estos medios, los alternativos, a sacarnos del error si no es con otros datos que contradigan el que nos sirve de base? Al final, en la cadena de suministradores de noticias, a alguien habrá que creer para hacer el análisis. De lo contrario, lo mejor será no hacerlo o hacerlo con las advertencias y reservas debidas. Pero el análisis en cualquier caso es siempre correcto si es de buena fe.
Rigor analítico referido a cuestiones sociales y políticas es una contradicción en sus propios términos. El análisis sociopolítico es siempre subjetivo y riguroso. Un análisis sobre esos temas no es como un análisis de sangre: tantos hematíes, tantos leucocitos...
Cualquier análisis vale. Otra cosa es que guste o no y esté o no en la línea de pensamiento del lector. Por eso al análisis lógico se le llama también ensayo. Análisis y ensayo son proposiciones, sugerencias, tonalidades en un modo de ver las cosas partiendo de hechos o datos materiales ciertos, indubitados, inconcusos...
Un país es invadido por otro. ¿Por qué?, es la pregunta que quien va a hacer el análisis se hace. Un presidente o una Cámara nacionalizan o privatizan. ¿Por qué? Un individuo muere en una dependencia policial, está recluido en Guantánamo u otro partidario de la independencia de su territorio está sujeto a un proceso penal. ¿Por qué? Los análisis posibles son tantos como las noticias, y a su vez el valor de cada uno dependerá del grado de verdad comunicada a través de ellos, pero no de los argumentos que contenga.
Todos los análisis que se hagan del "todo" de esos hechos son autosuficientes y rigurosos, tanto para quienes los hacen como para quienes están de acuerdo con ellos. ¿Qué rigor y en qué consistirá el desmenuzamiento de las causas, efectos, razones, azar, etc que puedan concurrir en el hecho analizado? El único rigor que cabe pedir es que no haya engaño analizando algo que se sabe no existió o se tiene constancia de que ha sido deformado. Y entonces estamos ante otro problema que nada tiene que ver con el análisis. Y es la fiabilidad o rigurosidad que se espera de quienes proporcionan la noticia del hecho analizado. Eso es lo que precisamos quienes analizamos. Pues nos basamos en los datos facilitados por agencias, las cuales a su vez pueden faltar a la verdad aunque no lo sepan pues sus datos han sido facilitados por gabinetes de prensa oficiales, de policía, ministerios, institutos sociológicos, de sondeo, etc. que a su vez han faltado a la verdad. Si un dato es falso y yo construyo sobre él mi análisis, mi análisis no será falso ni falto de rigor, sino el dato y quien lo suministró.
Por eso quien hace análisis de un todo para desmenuzarlo, esperará a la absoluta confirmación de que el WTC fue abatido por aviones que chocaron contra él, de que Afganistán es invadido porque a ese país se le atribuye la autoría, que USA invade Irak bajo pretexto, o que Hussein invade Kuwait injustamente, o que hay un proyecto de Constitución Europea que antes de opinar (analizar) hay que leer... Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién podrá venir a estos medios, los alternativos, a sacarnos del error si no es con otros datos que contradigan el que nos sirve de base? Al final, en la cadena de suministradores de noticias, a alguien habrá que creer para hacer el análisis. De lo contrario, lo mejor será no hacerlo o hacerlo con las advertencias y reservas debidas. Pero el análisis en cualquier caso es siempre correcto si es de buena fe.
El pensamiento de izquierda se caracteriza además porque encierra el propósito de ecuanimidad y sensatez. Ecuanimidad y sensatez existen cuando al trasluz de las reflexiones que contiene ese análisis, se advierte que está teniendo en cuenta el bien común, es decir el bien de la mayoría posible y no de minorías. Y se pone de parte siempre del demás débil. Todo lo contrario del pensamiento de derecha: ése según consignas que sólo atiende al interés de exiguas minorías; pensamiento propiamente dicho ideologizado, inexistente, y que se resume a duras penas en dos trazos gruesos. Aquí es donde nunca hay análisis, pues el “todo” a analizar se da por asentado y por el mejor de los posibles... Y, por si fuera poco, para siempre.
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